Oscar Alpa: «Tenemos que pensar qué va a pasar de acá a diez años para empezar a actuar ahora»


Oscar Alpa: «Tenemos que pensar qué va a pasar de acá a diez años para empezar a actuar ahora»

El secretario de Políticas Universitarias (SPU) visitó la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) para ser parte del plenario de la Red de Universidades e Institutos Puntanos (REDUIP). En diálogo con Noticias UNSL, el funcionario nos comenta cómo viene trabajando la Secretaría y los desafíos a futuro del sistema universitario argentino.

¿Qué puede decirnos sobre su visita a la UNSL?

Hace dos (2) años tuve el gusto de participar en un encuentro de la Red de Universidades Puntanas, que se realizó en la Universidad Nacional de los Comechingones; en ese momento estuve en calidad de Rector. Fue casi como un presagio, porque a los pocos días recibí la invitación de Jaime Perczyk para tomar su lugar en la Secretaría de Políticas Universitarias cuando él asumió como ministro de Educación. Más allá de esa cuestión emotiva y personal, el objetivo de mi visita fue acompañar a los rectores/as puntanos/as, sobre todo a Víctor Moriñigo, rector y vicepresidente del CIN.

¿Cómo ve al sistema universitario nacional?

Cuando desde el CIN firmamos el documento en diciembre de 2021 estábamos en medio de la pandemia, saliendo de la pospandemia. Siempre hay que destacar que las Universidades se adaptaron rápidamente a una realidad de salud y que se siguió trabajando en esos años gracias al compromiso de docentes, nodocentes y estudiantes en esta educación de emergencia. El sistema educativo y las Universidades se cerraron cuatro (4) días antes del período preventivo del país. Muchas herramientas, que estaban antes de la pandemia, y temas que veníamos charlando y venían sucediendo, fueron profundizados por la pandemia. El tema de la educación a distancia, por ejemplo.

En esa época, (fines del 2020 y 2021) hubo un crecimiento de la cantidad de egresados en todas las universidades, gracias a que los estudiantes de golpe tuvieron la posibilidad y el tiempo de poder terminar las carreras. Eso es algo que tenemos que mirar y revisar. A eso lo transformamos en un programa al que le pusimos un nombre, que tenía que ver con el desarrollo económico, el progreso social y el aporte de las universidades, que quedó en la jerga como «Los siete puntos». Seguramente hay más temas para tratar en la educación superior, pero con esto empezamos a discutir cómo es la función de la Universidad en el futuro.

¿Qué puede decirnos sobre el futuro de las universidades?

Tenemos que pensar qué va a pasar de acá a diez (10) años para empezar a actuar ahora. Ahí empezamos a ver un tema muy importante: las carreras son de cinco (5) años, pero el promedio de tiempo real es de nueve (9), entonces es importante no acortar el tiempo teórico de carreras, pero sí ver por qué se están recibiendo en nueve (9) años. Entonces, las universidades, el sistema, la SPU y el Ministerio tenemos cosas para hacer. Después de eso, todas las nuevas modalidades, el tema de la distancia, el tema del modelo híbrido, es decir, que un estudiante pueda estar presencial pero que pueda hacer la carrera a distancia también.

Todo esto genera un hermoso debate que produce que hoy el modelo del que todo el mundo esté hablando es el híbrido, con parte presencial y virtual. Porque, a pesar de la distancia, el intercambiar con las demás personas es importante. Pero también es cierto que el modelo en el que el docente habla y los demás toman nota, es algo que para algunas personas a lo mejor es más fácil verlo en su casa, aunque sean las 11 de la noche, y que después haya un espacio de preguntas y consultas. Bueno, todas esas son las discusiones que estamos dando y que queremos trabajar ahora en los próximos 30 días en el CIN y trabajar un conjunto de resoluciones que flexibilicen estas cosas para que las universidades lo adapten.

¿Y cómo se vienen realizando estos trabajos?

Ya avanzamos muchísimo con el investigador universitario, que era uno de los puntos. Hemos hecho un programa de Investigador Universitario Argentino para todas las instituciones públicas y privadas, para que los/as docentes se anoten y hasta el momento se han inscripto 43.000. Ahora viene toda la parte de categorización. Además, hemos presentado y fomentado los programas que tienen que ver con apoyar doctorados y fondos concretos para ciencia y técnica. Eso no solo es un discurso, sino que está acompañado de fondos, con inversión concreta.

¿Cuáles son los desafíos de la implementación de estas políticas, al margen de los gobiernos de turno?

Es un hito histórico lo del 20 de junio en Rosario, del documento firmado por las 57 universidades. En esas instituciones hay distintas opiniones políticas y partidarias, pero se sigue con algo que se formó desde la Reforma, a lo que se le sumó la gratuidad universitaria, la extensión de universidades por el territorio, un ingreso irrestricto como modelo, que cuando lo hablamos en el mundo casi no existe. No conocemos otro lugar en el que se combinen estas cosas: un cogobierno y a su vez totalmente gratuito.

Las 57 universidades y el Ministerio estamos convencidos que ese modelo universitario tiene que ser una política de Estado, más allá de quién sea el Gobierno; que la educación universitaria argentina tenga que seguir ese modelo, donde se siga acompañado de becas, de inversiones de áreas estratégicas. Desde el sistema universitario se pide eso y a la vez se trabaja en estos siete (7) puntos, donde no solo se exige hacia afuera, sino que se mira hacia adentro. Los siete (7) puntos son cosas que tenemos que trabajar internamente, donde no solo está la decisión política del Gobierno, del Ministerio, la Secretaría y los/as 57 rectores/as, sino que hay que seguir con los equipos de gestión, decanos/as, docentes y estudiantes.

Es un proyecto que mira más a los estudiantes, donde miramos que no solo hay que tener en cuenta la hora de cursada, de contacto profesor-estudiante, sino medir la hora en que los estudiantes le tienen que dedicar a los trabajos prácticos, estudiar, preparar parciales, finales, porque esa es la realidad de por qué se alargan las carreras. Actualmente se piden otras exigencias, que cuando uno saca las cuentas, no dan los números para que los estudiantes hagan las carreras en cinco (5) años, eso que estamos pensando en un estudiante full time de ocho (8) horas, cuando en la realidad hay personas que trabajan, que tienen hijos y otras obligaciones.

Creo que hay un convencimiento unánime de las 57 universidades, trasladado a los equipos de gestión y a eso hay que trasladarlo internamente. Los estudiantes después tienen que seguir carreras de posgrado, doctorados, especializaciones y no podemos estar en un sistema donde nuestros graduados sean tomados por el sector del trabajo a los 30 años, que es el promedio que nos está dando. Sobre todo, porque la realidad está cambiando en los últimos años. Hoy un estudiante empieza una carrera y cambia quizás dos (2) o tres (3) veces de carrera. En eso nos da que entre el 70 u 80% que empieza una carrera tiene 20 años o más. Tenemos que adaptarnos a la realidad social, tenemos que, manteniendo si o si la calidad de nuestro sistema universitario, pensar en qué cosas mejorar.

Finalmente, ¿cómo ve al sistema universitario en la Provincia y especialmente a la UNSL?

Son tres (3) Universidades nacionales, cada una con distintas realidades, ya que tenemos a la UNSL con 50 años de historia y otras de más reciente creación. Esta Red que se conformó, con el objetivo de pensar el sistema universitario de la Provincia es una madurez universitaria de seguir apostando a pensar la estrategia a nivel provincial. La historia que tiene San Luis no solo es llevada y se mantiene en lo más alto, sino que sigue creciendo. En cuanto a la UNSL, su rector es vicepresidente del CIN y eso marca la importancia de la Institución en el sistema universitario nacional.

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