Jorge Schlottke, un referente para los estudiantes de farmacia


Jorge Schlottke, un referente para los estudiantes de farmacia

Egresó en el año 2015 de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), y poseé un currículum que data de grandes participaciones y logros en distintas partes del mundo. Jorge Schlottke, fundador de la Asociación de Estudiantes de Farmacia de la República Argentina (AEFRA) comparte todas las experiencias vividas y el crecimiento de esta Asociación, la cual este año logró organizar el Congreso Mundial de la Federación Internacional de Estudiantes de Farmacia (IPSF).

Con una historia familiar donde el amor por la farmacia está muy presente, Jorge actualmente se desempeña en la farmacia que sus padres fundaron hace 30 años, Farmacia El Chorrillo. Al mismo tiempo, se encuentra haciendo su tesis de Maestría en Gerencia y Administración de Sistemas y Servicios de salud en la Universidad Favaloro. Uno de sus sueños a futuro, es poder desempeñarse en la rama de la gestión de sistemas de salud.

Jorge afirma que todos los logros obtenidos en lo personal y con AEFRA se debió a mucho amor, impulso y dedicación, ya que sabía que siempre había algo importante para hacer. Sin embargo, comenta que en la Universidad tuvo un gran apoyo por parte de Vicente Fusco, a quién define como un gran mentor y, en cuanto a sus profesores, menciona y agradece el rol de José Cid.

¿Cómo surgió la idea de AEFRA?

En el año 2010 participé en un congreso donde escuché sobre uso racional de medicamentos y auto-medicación. Comencé a investigar sobre ello y realicé un trabajo que presenté en distintos congresos. Tuve la oportunidad de ampliar el trabajo, y en el camino, encontré que había ponencias de alumnos en un Congreso de estudiantes de Farmacia en Alicante, España. Mandé mi resumen y al día siguiente respondieron que habían aceptado mi trabajo. Fue un momento de mucha alegría, pero me surgió el inconveniente de no saber si tenía los medios para ir a España, por ello presenté una nota en la universidad, en ese momento José Riccardo era el Rector. La Universidad me apoyó y junté un poco más de dinero vendiendo muchas empanadas y pude viajar.

Era la primera vez que viajaba solo y fue todo un desafío. Una vez allí, seguí armando mi trabajo y en mis búsquedas de información me encontré con una Federación Internacional de Estudiantes de Farmacia, que hacía Congresos mundiales, simposios regionales, campañas humanitarias, campañas de salud, programas de intercambio y me dije: «yo quiero participar de eso». Mandé un mail y me respondieron que en Argentina no había ninguna asociación que me represente y, la única opción era hacerme miembro individual de la Federación y de esa forma participar. En ese momento surgió AEFRA ya que pensé que eso no me lo podía guardar para mi solo. Lo compartí con siete (7) chicos de la carrera, algunos compañeros y chicos de años anteriores y más grandes también. Terminamos siendo nueve (9) que el 15 de octubre, tras dos (2) meses obtuvimos la personería jurídica en el año 2012.

¿Cómo viviste tu primera experiencia en España?

Presenté mi trabajo en España, había premiación para los tres (3) primeros trabajos, y tras mi ponencia obtuve el primer lugar, eso fue algo muy motivador. Allí aproveché para pasear por Europa y encontré que había un Congreso de Estudiantes de Farmacia Europeos en Bulgaria que empezaba el lunes siguiente. Mandé un mail para participar y tras un par de papeleríos pude hacerlo, esa fue mi primera experiencia dentro de todo lo que pasó luego. Ese evento era la Asamblea de otoño EPSA, la Asociación Europea de Estudiantes de Farmacia. Fue una gran experiencia estar allí, aprendí y conocí mucho lo que significaba ser un estudiante de farmacia en el mundo, en ese momento estaba en tercer año de mi carrera. Descubrí con esos congresos lo que significa ser un estudiante de farmacia del mundo, allí aunque todos hablan distintos idiomas, en cuanto a la farmacia se habla un mismo idioma.

Al regresar en noviembre de 2012 hicimos la presentación de AEFRA en el Microcine de la Universidad. En ese momento nos propusimos hacer cosas para el año siguiente. Hicimos un primer ciclo de conferencias, pero queríamos que no fuese algo simplemente académico, sino que quisimos darle una parte de extensión, por ello creamos AEFRA Solidario. Todas las actividades que hacíamos eran sin costo, pero los participantes podían colaborar con alimentos no perecederos, frazadas, útiles. Juntábamos todo y al final de las conferencias coordinábamos con alguna escuela o comedor y llevábamos lo recolectado, e íbamos a dar una charla al lugar. El primer AEFRA solidario lo hicimos en la escuela de Donovan, en su momento era un largo camino de tierra. Estuvimos con los chicos y le dimos una charla sobre mal de chagas. En esos lugares, nos dábamos cuenta que uno va a enseñar algo, pero salís siendo el que aprende de la gente de esos lugares.

Ese mismo año se realizó el Primer Congreso de AEFRA en la UNSL y, este año ya vamos por el sexto, que se hará en Tucumán del 8 al 10 de noviembre.

¿Cuál es el objetivo que persigue la Asociación?

Siempre con la Asociación fue bien claro el objetivo de ser una asociación sin fines políticos, no tiene la finalidad de un centro de estudiantes, lo único que hace o intenta hacer es actividades para los estudiantes de farmacia. Dentro de ellas se encuentran actividades académicas, sociales, programas de intercambio, entre otros. En todos estos años hemos podido recibir estudiantes de distintos lugares por intercambio y también enviar estudiantes argentinos al exterior, al ser miembros de la federación, ya estamos dentro de todas las actividades que desde allí se organizan.

Hoy en día la veo y pasaron muchos años, seis (6) años de su creación. Muchas cosas las hicimos por impulso y por amor hacia lo que estábamos haciendo. Si lo hubiésemos pensado dos veces, a lo mejor no las habríamos hecho, principalmente por el factor económico, por cuestiones de espacio y por todo lo que se necesita para hacer algo. Nosotros no lo vimos así, vimos un nicho para hacer algo y lo hicimos y si faltaba algo, lo solucionamos. Así fuimos siempre.

¿Cuál fue uno de los momentos más importantes que te tocó vivir?

En el año 2013, antes del primer congreso que organizamos, viajamos a Holanda a presentarnos a la Federación Internacional de Estudiantes de Farmacia. Al llegar, me escriben de la Federación para ir a La Haya. Ya teníamos todo el plan armando, pero en un abrir y cerrar de ojos todo cambió, ya que me ofrecieron participar de un curso de liderazgo que se hace antes del Congreso. Ya que me dijeron que querían que hiciera en toda la región panamericana lo que hice en Argentina. Realicé el curso junto a personas de los cinco (5) continentes y durante el Congreso nos presentamos en la Asamblea como asociación e hicimos nuestra oferta para entrar como miembros de la Federación. Nos dieron tres (3) minutos para hablar. Fue uno de los momentos más lindos de mi vida, fue hacer patria ya que Argentina no había estado nunca. La Federación existe desde 1949 y nunca había habido a nivel nacional una asociación sin fines políticos, que lo único que persigue es hacer cosas por los estudiantes. Nos aceptaron y nos dieron una placa que decía AEFRA miembro de la Federación y nuestra bandera nacional.

Así seguimos participando como miembros de la Federación durante la Asamblea. Luego hubo otra de la región panamericana y allí me ofrecieron ser Oficial de Relaciones Regionales en todo el continente. Desde ese año, 2013, al 2014 fui encargado de ese puesto. Al año siguiente participamos del Simposio Regional que se hizo en Brasil y que no se hacía desde el año 2008, la región venía en caída libre y ese año pudimos hacer miembro a nuevos países.

¿Qué eventos o Congresos realizaron desde AEFRA?

Cuando hacemos el primer Congreso se sumaron las primeras regionales, en noviembre de 2013 fundamos las regionales de Chaco y La Rioja. Al año siguiente empezó a replicarse por todos lados, e hicimos el Segundo Congreso junto a Farmacéuticos sin Fronteras y la Confederación Farmacéutica Argentina en San Juan.

No teníamos ni un año de vida y nos postulamos como sede para el Simposio Panamericano de Estudiantes de Farmacia del cual fui presidente. Hicimos una propuesta a la Federación y ganamos la sede. En el año 2015 lo realizamos. Previo al simposio salió un llamado para participar de la Asamblea Mundial de la Salud, en Ginebra, y quise participar, mandé la aplicación y la aceptaron en diciembre de 2014. Eso fue profesionalmente mi mayor experiencia, estaban todos los ministros de salud del mundo y se debatía sobre cómo combatir nuevas enfermedades. Allí éramos un grupo de estudiantes de Farmacia que íbamos por todas las salas para realizar una declaración de todo lo ocurrido. Ese evento fue dentro de la semana de mayo, pude conocer a los ministros de Argentina que estaban allí y se pusieron en contacto conmigo y me invitaron de la la embajada de nuestro país en Suiza a la celebración del 25 de mayo.

Al volver, en junio realizamos el Simposio Panamericano. Éramos unas 110 personas y era la primera vez en diez (10) años que se hacía un simposio con más de 100 personas en la Federación. Fue una experiencia hermosa, con actividades en las Chacras y en la Universidad, vinieron chicos de de todo el continente e incluso de Singapur. Ese mismo año hicimos nuestro tercer congreso en Chaco, y AEFRA fue nombrada como la Mejor Nueva Asociación a Nivel Mundial y aparte obtuvo la membresía full dentro de la Federación, que te da el derecho a voto en la Asamblea. Eso fue muy importante ya que la Federación tiene cerca de 350 mil estudiantes de Farmacia alrededor de todo el mundo.

¿Cómo viviste la organización del Congreso Mundial de Farmacia?

Cuando terminamos de organizar el Simposio Panamericano, pensamos en qué más podíamos hacer y surgió la idea de hacer un Congreso Mundial en 2018. Desde el año 2015 comenzamos a trabajar en la postulación y por razones de logística, propusimos la ciudad de Mendoza como sede. En medio de ello, fui Presidente de la Regional Panamericana de Estudiantes de Farmacia en el periodo 2015-2016.

Para este congreso tuvimos que seguir cierta cantidad de pautas establecidas por la Federación. Fueron tres (3) años de preparación para el Congreso. Teníamos un presupuesto determinado que debía incluir alojamiento, comida, viáticos, movilidad. Conseguir esos presupuestos fue el mayor desafío. Se realizó en la Universidad Maza y el Auditorio Ángel Bustelo y nos ayudaron los colegios de farmacéuticos, la Confederación Farmacéutica Argentina, laboratorios privados y tuvimos la presencia de 300 personas de más de 60 países. Cada media hora o una hora llegaban al aeropuerto chicos de todo el mundo.

Fue una experiencia muy grande, tuvimos que hablar con embajadas, realizar muchas cosas protocolares, fue algo muy importante. De Argentina fueron 50 chicos y el resto de los participantes eran de otros países del mundo. El Congreso duró nueve (9) días, dos (2) días fueron exclusivamente académicos, con un simposio educacional y otro científico, mientras que el resto de los días, además de lo académico se desarrolló la Asamblea General de la Federación y competencias de elaboración de magistrales, campañas de salud y humanitaria, talleres de liderazgo, eventos de consejería a los pacientes y promoción de la profesión farmacéutica, conferencias y talleres. Pudimos lograr que casi toda la grilla fuera compuesta de disertantes internacionales. Eso fue lo más grande que pudimos organizar y lo logramos.

¿Cuál fue uno de tus mayores logros en lo personal?

En el año 2016 tuvimos la mayor participación internacional con 23 estudiantes argentinos en el Simposio Panamericano de Colombia. En ese congreso conocí al doctor Sven Norman de la Universidad de Florida. Posteriormente, coincidimos en el Congreso Mundial de Zimbabwe y me invitó como disertante a su universidad para dar una charla motivacional.

En ese momento, dudaba de que «si mi inglés» estaba a la altura de hacerlo, pero me preparé y fui en noviembre a Estados Unidos. Fue un gran desafío, pero no dejé que el miedo me ganara, por suerte salió muy bien. Había escrito mi discurso, pero leer no me hacía sentir bien, así que dejé el papel en el atril y comencé a hablar. En algún momento me trabé, pero no fue impedimento para terminar con una conferencia muy linda. Conocí la universidad, hospitales, cómo funciona la farmacia en Estados Unidos, cómo es la vida universitaria allí, cómo se viven los deportes universitarios. Para resumirlo, fue maravilloso.

¿Cómo está AEFRA hoy?

Con el tiempo AEFRA fue creciendo, en 2014 sumamos la Regional Buenos Aires, en 2015 Mendoza y en los años 2016 y 2017 se sumaron Tucumán y Misiones. Esos son los grupos de trabajo regionales y además hay estudiantes en otras provincias que en el futuro se pueden sumar. Si bien se han hecho muchas cosas, sigue siendo una asociación joven, pero nos pone muy contentos que siempre supimos lo que queríamos hacer y nunca rompimos esa piedra fundamental de no trabajar con tintes políticos, eso a mi me reconforta. Si bien los sigo apoyando a los chicos, AEFRA ya camina sola. Fui presidente del 2012 al 2014 y actualmente está Juan Ignacio Flores Roig en el cargo.

El 15 de octubre de 2014 vimos que habían días del farmacéutico internacional, argentino y panamericano pero los estudiantes de farmacia no tenían su día, por ello la Asamblea declaró el 15 de octubre como el día del estudiante de farmacia argentino.

Me gustaría que AEFRA siga creciendo, ahora la veo desde afuera pero la sigo queriendo cada día un poco más. Espero que siga con el tiempo, es algo muy lindo que los chicos entiendan los objetivos de la asociación, desde lo académico, humanístico y social. Era una puerta cerrada que costó mucho sacrificio abrir, hoy los estudiantes de farmacia argentinos pueden participar internacionalmente como estudiantes de farmacia del mundo. Hay chicos que han venido de Estados Unidos, Francia, Marruecos, Costa Rica entre otros países. Esa internacionalización que logramos es muy importante.

¿Cuáles son los pilares de la farmacia comunitaria?

Hay un pilar fundamental de estar atrás del mostrador y es el pilar de la dispensación, porque eso no significa agarrar un medicamento, cortar troquel y darle al paciente. Uno entiende que está ahí para recibir al paciente y darle la consejería que el necesita, conocer si se está administrando otro medicamento, conocer si tiene otra enfermedad y si lleva lo que realmente necesita; ya que muchas veces la gente se automedica. Hay muchas personas que el único contacto que tienen con el Sistema de Salud es a través de la farmacia, es el único momento en el que pueden recibir la información para administrar racionalmente un medicamento. La comunidad no acude a la farmacia en busca de un medicamentos, sino que acude a buscar salud. Y muchas veces esa salud no es un medicamento, sino un consejo de cambio de hábitos.

¿Cómo ves el sistema de salud y la profesión de la farmacia en la Argentina?

Entiendo al sistema universal de salud como el mejor que puede existir en su concepción, pero hay mucha irracionalidad en esa universalidad, ya que la gente al tener acceso a todo, no lo usa racionalmente. Es por eso que muchas veces se juntan medicamentos y cuando te sobran pastillas, se administran mal o se les dan a otras personas, esto representa grandes riesgos para la salud de las personas donde en el mejor de los casos su uso no puede producir ningún efecto hasta la peor de las consecuencias que es la muerte por el uso de un medicamento inapropiado. La accesibilidad debería ser una virtud y no un vicio.

Apoyo la visión de la farmacia como centro asistencial de salud, pero el farmacéutico tiene que cuidar esa visión. El farmacéutico tiene que ser el encargado de que la gente entienda que no está entrando a un comercio, sino a un centro integral de salud. Cuando el profesional se olvida de eso la gente no se interesa en buscar el medicamento en la farmacia, sino que va al kiosco de la esquina. Eso no debería pasar, pero lamentablemente pasa debido a la ineficacia en los controles sanitarios. El profesional debe saber que es el encargado de la salud del paciente, si actúa como un comerciante, la profesión farmacéutica no existe. Entrar a la rama de la salud significa una responsabilidad muy grande y una vocación de servicio.

Hay subutilización de medicamentos, cuando no se cumplen los tratamientos ya sea por falta de accesibilidad o por falta de adherencia  a los tratamientos o sobre utilización, cuando las personas consumen medicamentos que no deben consumir y en exceso, eso afecta la salud de las personas. Nosotros vemos que hay gente que exige antibióticos en casos que no los necesitan. Lamentablemente a la gente le interesa más su bolsillo que su salud en muchos casos, y aveces un argumento para convencerlas es enfatizar en el gasto inapropiado en los medicamentos que demandan que en realidad no son adecuadas para sus cuadros clínicos. Las personas deben salir de la farmacia con la sensación de que allí se tomó cuidado de ellas.

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere comenzar la carrera en Farmacia?

Alguien que quiere estudiar farmacia con orientación a la farmacia comunitaria, debe saber si le gusta relacionarse con la gente. Tiene que tener una buena predisposición, ya que tendrán que estar dispuesto al servicio, a la escucha activa y a la proactividad, para los chicos que tienen esa vocación de servicio, la farmacia es una carrera que les permitirá explotar esa vocación.

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