Dan a conocer conclusiones y desafíos del Encuentro de Ingreso Universitario


Dan a conocer conclusiones y  desafíos del Encuentro de Ingreso Universitario

A través de un documento, el equipo organizador del IX Encuentro Nacional y VI Latinoamericano sobre ingreso universitario, realizado en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), los días 28, 29 y 30 de marzo, comparte los desafíos y conclusiones devenidos del mismo.

Los tres (3) días de trabajo han dejado numerosos desafíos para seguir pensando-nos desde nuestras prácticas concretas con quienes aspiran a ingresar a la Universidad, permanecer en ella y egresar, como así también como institución.

Sin dudas, el concepto y la cuestión de la habitabilidad transversalizó ponencias, paneles, conversatorios y ella se constituye en el desafío mayor, en tanto es necesario construirle densidad, sentidos, apuestas, para que sea la puerta de entrada a debatir cómo efectivamente se garantiza y amplía el derecho a la Educación Superior. En ese sentido, se cree necesario construirle anclajes, desde la dimensión ético-política, la dimensión empírica y la dimensión praxeológica de las prácticas docentes, nodocentes e institucionales.

La habitabilidad como una cuestión de la que las Universidades deben hacerse cargo, exige repensar los términos en que nuestras instituciones se democratizan, interpelando las matrices de pensamiento, los paradigmas eurocéntricos, androgénicos, patriarcales y colonialistas desde donde se aborda la transmisión de los saberes, a la vez que se siguen silenciando las voces y los diálogos con los colectivos oprimidos y los contextos en los que las instituciones están ancladas.

A lo largo del Encuentro se reiteró una y otra vez la deuda que se tiene con los sectores discriminados y cómo se sigue reproduciendo la exclusión y la selectividad a partir de la (in) justicia cognitiva, la (in) justicia afectiva, la (in) justicia social. En este sentido se propone que para próximos Encuentros se incorporen las voces de los/as sujetos y colectivos de los sectores populares, la de los pueblos originarios, de las disidencias sexo-genéricas, de las mujeres, de los/as discapacitados/as, porque la Universidad tiene que dejar de hablar en representación «de» y hacerlo «junto con» y «a partir» de esas voces acalladas.

Así también atender a las desigualdades/diferencias regionales que conlleva a contemplar las múltiples heterogeneidades en las trayectorias formativas. Ello exige repensar los modos en que nombramos las historias singulares y sociales de cada uno de los sujetos que pujan por ingresar a la Universidad, puesto que la categoría de «ingresantes» homogeniza y poco informa acerca de quiénes son esos sujetos, qué les pasa, cuáles son sus devenires.

Desde esta perspectiva, se asumió que son las condiciones del sistema las que producen las trayectorias educativas de los sujetos, no los sujetos per se y que, por tanto es una cuestión de derechos y una responsabilidad compartida ofrecer dispositivos y disposiciones para crear tránsito y pasajes que hagan posible la habitabilidad. Ello plantea la urgencia de producir más y mejor conocimiento pedagógico para comprender las configuraciones generacionales que ingresan a las universidades públicas y las cuestiones vinculadas con el conocimiento que se ponen en juego.

Asimismo, se planteó la necesidad de transversalizar los Derechos Humanos en los ingresos y ello implica ampliar la mirada hacia las múltiples vulneraciones de derechos que habitan nuestros territorios, incorporar al análisis nuevos derechos como los ambientales, los de los colectivos silenciados, los sociales, culturales, etc., para promover memorias entre generaciones, construir futuros posibles, habitando éticamente este presente histórico.

Finalmente se plantea la necesidad de reflexionar el momento histórico que estamos viviendo, lo que nos dejó la pandemia como posibilidad para dar lugar a lo novedoso, como así también alertarnos ante el peligro de funcionamientos regresivos, cuando se han fragilizado los lazos sociales.

En términos organizativos se sugiere la conveniencia de incorporar a estos Encuentros a los Institutos de Educación Superior y seguir apostando para que todos los campos del saber se apropien de este espacio, puesto que es fundamental y urgente pugnar por políticas públicas acerca de la especificidad y complejidad de los Ingresos a la Educación Superior.

Desde lo vivido en el Encuentro se sostiene que se ha avanzado mucho para que el derecho a la Educación Superior se materialice, pero que aún sigue siendo una deuda pendiente de las universidades públicas. Seguir pensando de manera colectiva cómo construir sentidos, prácticas y apuestas para una agenda de Ingreso y Permanencia en las Universidades Públicas, es pues abrir caminos para que lo conquistado se fortalezca y lo adeudado sea el horizonte de sentidos de lo por venir.

Por esta vivencia, de la que se ha participado como colectivo de trabajo, es que se desea y espera que en el próximo Encuentro puedan recuperar la presencia de nuestros cuerpos, las miradas, las voces, las emociones, para que los diálogos cobren una dimensión diferente, como una minga llena de alegría, música, voces y abrazos.

Accedé al documento completo desde este enlace.

Contenido: documento final del Encuentro

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