Ser trabajador esencial de la UNSL en época de pandemia


Ser trabajador esencial de la UNSL en época de pandemia

Osvaldo Vega, es Licenciado en Ciencias de la Computación y trabaja en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) hace más de 30 años. En estos momentos se desempeña como Director General de Información en la Secretaría de Hacienda, Administración e Infraestructura. Junto a su equipo y compañeros de trabajo cumplieron en la época de aislamiento social, preventivo y obligatorio la tarea de liquidar los sueldos de todo el personal de la UNSL y realizar todos los pagos de la Institución.

¿Hace cuánto estás trabajando en la Universidad Nacional de San Luis?

Ingresé en el año 1989 en el Comedor Universitario, luego me desempeñé en el centro de cómputos en la época en la que el Lic. Alberto Puchmüller fue rector. Hace 20 años me desempeño en la Secretaría de Hacienda, en el área de sistemas. Hice toda mi carrera nodocente dentro de dicha Secretaría y actualmente soy Director General de Información. Estoy a las órdenes del secretario, Farm. Elbio Saidman y tengo a cargo un lote de directores de la Secretaría con los cuales coordinamos algunas áreas.

¿Cómo fue trabajar durante los primeros días del aislamiento social, preventivo y obligatorio?

Es difícil calificar la situación, la mayoría de las personas diría que es raro. Uno está acostumbrado a ir a la oficina y resolver desde allí todo, ahora había que hacer todas las tareas desde la casa, con las herramientas tecnológicas que se disponían en ese momento y con el ánimo que correspondía a esos días.

Pero no fue traumático para nada, quienes estamos relacionados con la informática entendemos un poco eso lo que implica trabajar desde la casa y hacer otras tareas. Las herramientas tecnológicas que disponemos ahora no son las mismas que las de hace un tiempo, hay muchísimas más herramientas de comunicación y de transferencia de información que hacen que haya sido más accesible cursar el tiempo de pandemia. Esta misma situación, pero 20 años atrás hubiese sido más complicada.

¿Cómo pudiste organizar tu dinámica familiar al tener que trabajar de otro modo durante los primeros días de cuarentena?

La dinámica familiar se termina ajustando a la situación que a uno le toca vivir. En mi casa mi señora trabaja en el sistema de salud y ella siguió y sigue yendo al Hospital Regional. En casa me quedaba con mis dos (2) hijas que no van a la escuela por todo esto.

La actividad desde casa es rara y cómoda a la vez. Uno muchas veces trabaja con ropa más cómoda y si quiere levantarse de la silla para ir a la cocina, lo puede hacer. A veces no te toca trabajar a la mañana, sino a la noche, depende de la necesidad. Nosotros hemos tenido que trabajar con una disponibilidad 24/7, es decir, en todo momento estar disponible ante cualquier requerimiento, pedido o consulta. El trabajo es el mismo que el que hacíamos desde la Universidad, pero en otros tiempos y en otros horarios. Lo importante es sacar la tarea y eso lo hemos logrado.

¿Cómo se dividieron las tareas con tus compañeros de trabajo?

A principios de marzo, cuando empezó el avance de la pandemia en Europa, entendimos que esto iba a llegar acá en cualquier momento. Como me siento un poco responsable de muchos sectores de importancia de la Universidad, entre ellos la liquidación de sueldos, el pago de servicios a proveedores, entendí que había que armar un plan de contingencia para poder adelantarnos a lo que podía llegar a venir.

Me apersoné a la oficina del Rector y fui con la idea de armar planes de contingencia por lo que podía llegar a venir. Había armado un bosquejo en mi cabeza y después un borrador. A los días el Rector vino a la oficina y junto con el secretario Saidman nos pusimos frente a un pizarrón, y con un marcador en mano delineamos la estrategia.

Básicamente hay dos (2) líneas de trabajo dentro de la Secretaría con dos (2) grupos bien definidos de personas, uno es el área de liquidación de sueldos y la otra línea está focalizada en el área del sistema económico y financiero de la Secretaría, es decir, toda la actividad financiera de la Universidad que involucra además cosas de las ocho (8) facultades. Por cada una de estas dos (2) líneas hay un lote de diez (10), 15 a 20 personas que trabajan de manera online.

Durante este tiempo, la tarea fue como simular el traslado de un expediente de oficina a oficina utilizando las herramientas virtuales. Cada oficina tiene una bandeja virtual en Google Drive y ahí genera su trámite y cuando se completa, hace un pase virtual a otra bandeja con otras personas que continúan con el trámite. Así, un expediente pasa de bandeja en bandeja hasta que llega al último sector, el de la tesorería, donde se hacen los pagos, la gran mayoría electrónicos.

¿Qué balance podés hacer de la forma en la que se trabajó durante este tiempo?

Lo que parecía al principio que iba a resultar engorroso, resultó ser muy práctico, la gente se adecuó rápidamente al proceso de trámite. Si bien no existe el expediente material y hay que rearmarlo con los documentos digitales, virtualmente el expediente fue pasando de mano en mano hasta que llegó a la persona que lo tenía que resolver en esa etapa. Todo esto apoyado a través de un grupo de WhatsApp en el que los chicos se avisaban qué trámites se enviaban entre ellos.

Todo lo que tiene que ver con el expediente de la parte de proveedores y pagos se trabaja exactamente igual que en la Universidad, la única diferencia es que no está el expediente físico o hay que rearmarlo. Pero se pudo trabajar sin ningún problema. La otra línea, la de sueldos, desde que estamos en pandemia el 20 de marzo se han pagado todas las liquidaciones de sueldos de la gente que está trabajando desde su casa.

Los recursos humanos de la Universidad y de las distintas dependencias nos envían los movimientos de manera digital con las altas, las bajas, de personal y las licencias que hubiese. La gente de liquidación de haberes recibe esa información que es volcada a los sistemas y a fin de mes se hace todo el procesamiento, primero preventivo y luego definitivo. Todo eso ordenado por un cronograma de liquidación en donde contemplamos el mes desde el día 1 al 30 y sabemos quién trabaja y haciendo qué cosa día a día.

Lo que hacemos durante el mes, junto al Secretario, es ver si esas tareas y etapas se están cumpliendo bien y si hay que hacer algún ajuste según las tareas. Todas las liquidaciones vienen saliendo en tiempo y forma, se hacen las liquidaciones ordinarias, las del FONID y en el mes de junio se pagó el aguinaldo.

Además, tenemos que estar muy en línea con todas las disposiciones del Estado que van saliendo día a día, por ejemplo con lo que sucedió con el pago de aguinaldos. En este sentido estamos muy atentos, por eso nuestro trabajo es 24/7.

Creo que la experiencia ha sido y es buena, nos ha permitido educarnos, solucionar los problemas y aprender. Creo que nos ha dejado una enseñanza ahora que hemos vuelto al trabajo de manera presencial por dos (2) días. Esta nueva forma de trabajo permitirá aceitar un poco más la manera de funcionar de ahora en adelante.

¿Qué sentís a partir del reconocimiento tanto del Rector, como de los demás trabajadores de la Universidad, por la tarea que desempeñaron?

A cualquiera de nosotros nos gusta que nos reconozcan el trabajo, pero desde el lugar en el que me encuentro yo lo más importante es que se cumpla la tarea y que no hayan problemas. Creo que el mayor reconocimiento es que estas contingencias suceden y que se note que no pasa nada y que se pudo cumplir, que no hubo problemas con el trabajo desde la casa.

Además siento que uno es un privilegiado, que las más de 3.000 familias que componemos la Universidad pudimos cobrar nuestros sueldos y transitar esta pandemia de una manera menos dolorosa que otras familias. Hay que hacer lo que hay que hacer, cumplir la tarea y éste es el mejor reconocimiento.

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