Alejandro Neme, un destacado en la matemática en el país y el exterior


Alejandro Neme, un destacado en la matemática en el país y el exterior

El referente en Teoría de Juegos ha tenido una extensa trayectoria integral de gestión institucional y académica. Se ha desempeñado en tareas docentes de grado, posgrado, en formación de recursos humanos y es autor de múltiples artículos científicos. Fue Vicedirector de la Escuela de Matemática, Director de la Maestría en Matemática y del Doctorado en Matemática, y Director del IMASL. En diálogo con Noticias UNSL, nos comenta su historia con nuestra Institución.

¿Cómo empezó su historia con la Universidad Nacional de San Luis?

Soy de San Luis, nací aquí y en un momento decidí estudiar matemática. El lugar que veía más adecuado para hacerlo era la UNSL, así empecé en el año 1971. En el año 1972 yo estaba cursando el segundo semestre del segundo año y obtuve una beca de ayudante para alumnos. Luego, tuve una ayudantía de segunda, hasta que me recibí y allí comenzó toda mi carrera docente, interrumpida por algunos viajes.

En el año 1989 viajé a Estados Unidos por una beca de Conicet, estuve dos (2) años allí. Luego, fui a Barcelona como profesor visitante casi tres (3) años y un tiempo después, volví a la Argentina.

¿Recuerda haber tenido algún referente en cuanto a su formación?

A lo largo de mi carrera tengo muchos referentes. Sobre el final de mi carrera de licenciatura teníamos un profesor visitante de Córdoba, Cristian Sánchez, que trabajaba en el tema de geometría diferencial y me entusiasmé con esos temas. Fue mi primer instructor en la investigación, inclusive, logramos publicar un artículo con él. Es un referente de la geometría en Argentina y en el mundo. Luego, él se volvió a Córdoba y por algunos motivos de la vida yo no quise moverme en ese momento de San Luis; entonces empecé a trabajar con Ezio Marchi y Pablo Tarazaga y fueron ellos los que que me impulsaron en esta línea de trabajo.

Mi director de beca posdoctoral fue un referente de la teoría de juegos a nivel mundial, con él trabajé dos (2) años y es de las personas que me impulsaron en esta actividad. También reconozco como guía a Salvador Barberá, un referente mundial en los mecanismos de decisión, de la Universidad de Barcelona. Con él también aprendí mucho e hizo que mis trabajos en teoría de juegos se desviaran un poco más hacia la economía. El resto más que guías son amigos, con los cuales he trabajado y he ido aprendiendo, pero supongo que ellos también aprendieron de mí a lo largo de la carrera.

Cuando el Instituto empezó, Ezio Marchi era el referente y fue quien dirigió las tesis de los estudiantes de mi camada tanto en matemáticas como en física. Es una persona con una capacidad de trabajo increíble en diferentes temas. Entre mi camada y la próxima hubo un salto de 15 años aproximadamente. Cuando yo volví al país empecé a trabajar con colegas de aquí y en esos años apareció una camada de estudiantes de matemática y empezamos a dirigirlos.

¿Qué consejo le daría usted a sus estudiantes?

Lo primero que les diría es que trabajen, no hay otra manera. Tu mente puede ser mediana, potente, o superdotada, pero si no le agregás trabajo, nada funciona. Lo segundo creo que es la cooperación, es decir, trabajar en equipo es algo que mejora muchísimo la producción.

En general, hay muchos matemáticos que prefieren trabajar en soledad. Yo creo que trabajar en equipo mejora a todos, aún trabajando con un estudiante, uno obtiene una devolución importante. Entonces yo creo que esta es una de las claves.

¿Qué es lo que usted destaca de la educación en Argentina?

En Argentina la inversión en educación es intermitente, entonces esto afecta mucho. Lo que sucede es que lo que uno invierte en educación o en investigación no se ve en cinco (5) años, se ve en diez (10) o 15. Entonces uno corta hoy los fondos y dentro de dos (2) años ni se va a notar, pero en cinco (5) o diez (10) años, sí. Por otro lado, estamos alejados del mundo, entonces nos cuesta mucho más tener un profesor que pase por la Universidad y no hay grandes grupos que trabajen en un mismo tema, entonces todo esto afecta un poco.

De todos modos, creo que al menos en mi caso, la Universidad de San Luis me ha apoyado desde el principio y ha hecho todo lo humanamente posible para que mi trabajo sea fructífero, me ha dado las condiciones para que yo pueda trabajar con comodidad y eso es algo impagable.

¿Qué piensa en cuanto a los desafíos que tendrán las nuevas generaciones de formadores en su campo?

Creo que tanto la educación como la investigación están en constante evolución, entonces los cambios que se están produciendo en las comunicaciones son muy profundos y acelerados. Si nosotros nos detenemos perdemos el tren. La pandemia nos dejó muchas cosas malas, pero al mismo tiempo dejó muchas cosas buenas.

Esto de tener reuniones virtuales ha sido un avance enorme y debemos ser suficientemente inteligentes para no perder esta herramienta que no es lo mismo, pero es muy importante. Durante la pandemia nosotros seguíamos teniendo seminarios, que no es lo mismo que tener al investigador enfrente, pero estos espacios virtuales han ayudado muchísimo a que la gente siga reflexionando y actualizándose con la investigación del momento.

¿Qué sintió al ser designado como docente emérito de nuestra Universidad?

Creo que el emérito es un premio que recibe un docente a la trayectoria de un grupo de gente que considera que ha hecho suficiente como para merecerlo, la verdad que para mí fue un honor. Además, me tomó en una etapa de la vida en la que estaba decidiendo qué hacer con mi vida, decidiendo si seguía en esta tarea de docencia e investigación o si me retiraba, dejando paso a los más jóvenes. Creo que la designación fue lo que me impulsó a continuar con esto, ya que veía que un grupo de gente valoraba lo que había hecho y pensaba que podía seguir aportando a la Institución, entonces fue una gran satisfacción.

¿Qué reflexión nos puede dar sobre el aniversario de la Universidad y la importancia de la educación pública?

Creo que es un hecho muy importante. Uno mira el crecimiento que ha tenido la Universidad desde esa época a hoy y realmente es impresionante. Creo que es una gran alegría y un incentivo a continuar con el trabajo de que la Universidad siga creciendo. Yo creo que la universidad pública es muy importante, pero fundamentalmente creo que la universidad debe ser eficiente y que debe trascender.

X