Carlos Costa: «Que la educación sea pública es un gran logro de la sociedad argentina»


Carlos Costa: «Que la educación sea pública es un gran logro de la sociedad argentina»

Carlos Costa es doctor en geología, formado y recibido en la Universidad Pública. Su extraordinaria trayectoria lo posiciona como uno de los investigadores de relevancia internacional en temas sísmicos. Actualmente es docente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y coordinador para la Fundación Global Earthquake Model (GEM) de un proyecto internacional que permitirá cambiar la historia de los eventos sísmicos en América Latina.

En el marco de los 70 años de la Gratuidad Universitaria, que se celebrará el próximo 22 de noviembre, el doctor Costa compartió sus opiniones y experiencias en la educación superior pública.

¿Cuáles fueron sus primeros pasos en la Universidad Pública?

Haciendo memoria, desde el jardín de infantes he ido a instituciones públicas. Estudié en la Universidad de Bahía Blanca y seguí aquí en San Luis. Vengo de una familia de docentes, mi padre era inspector de escuela en la Provincia de Buenos Aires, mis hermanas eran docentes. El tema de la educación pública lo viví desde muy chico.

Por ahí uno transita por la educación pública dando muchas cosas por sentado, pero en realidad cuando lo ves con otra perspectiva, haciendo versiones cruzadas, se disparan varias cosas. Cuando terminé la Licenciatura realicé un posgrado en un Instituto internacional en Colombia. Allí había gente de toda Latinoamérica y los directivos afirmaban que los argentinos destacábamos en los distintos cursos de ingeniería civil, forestal y suelos. Creo que gran parte de eso se debe a la gran base que traíamos de la formación general, lo que nos situaba en una ventaja comparativa para entender mejor o para apropiarnos más rápido de los conocimientos.

Otra reflexión nace de compartir experiencias con colegas que vienen de sistemas muy distintos, por ejemplo de Chile. Ellos me decían que no entendían cómo hacíamos en la Argentina con la educación pública, de darle las oportunidades a las personas de estudiar de forma «gratuita» y poder sacar profesionales que se destacan, ya que en ese país ingresaba mucho dinero por las matrículas en las universidades.

¿Cómo ve la situación de la educación pública Argentina con respecto a la de otros países?

Cuando comparás las infraestructuras que tenemos con las de otros lados se notan las carencias que muchas veces se poseen, sin embargo que la educación sea pública es uno de los grandes logros de la sociedad argentina en muchos sentidos, por una eficiencia que muchas veces no percibimos y que va más allá de las carencias que podemos tener. Al mismo tiempo, dichas carencias se convierten en muchos casos en ciertas ventajas comparativas con quienes tienen todos los recursos.

Me he dado cuenta que cuando tenés carencia de recursos te volvés más creativo, en la educación creo que es así y que aprendés a dosificar los gastos y administrar los recursos con los que contás. Tenemos una percepción bastante acabada de lo que significan los recursos y cómo utilizarlos.

Yo soy geólogo y por el tipo de trabajo que hago generalmente me desarrollo por fuera de la universidad. He tenido muchos vínculos comparativos y tengo para decir que cuando me ha tocado trabajar con personas que vienen formadas de los grandes centros universitarios o con experiencias muy poderosas o grandes medios, no sentí que hubiera ninguna limitación nuestra como para trabajar a la par de ellos.

Creo que la buena parte de la educación pública es que de alguna forma en nuestro país hemos logrado cosas más importantes de lo que vemos día a día, o muchas veces lo vemos como parte del paisaje natural y para personas que vienen de afuera eso no lo es. Por ahí no entienden cómo funcionamos con ciertas carencias con las cuales ellos no sabrían cómo actuar.

¿Cuál es la importancia de su rol en la educación pública?

En mi caso particular intento ver cómo uno puede devolverle a la sociedad las cosas que uno adquirió, eso es lo más importante que podemos hacer. En nuestro caso como profesionales, más allá de la disciplina de cada uno, he tratado de hacer cosas que sean transmisibles al tejido social.

Particularmente, trabajo con la parte de peligro sísmico y tengo la suerte de trabajar o colaborar en la generación de documentos o toma de decisiones donde toda la experiencia y la formación que tuve, han servido para eso. Uno como profesional siente que ha cerrado un círculo cuando ves que tu conocimiento vuelve a la sociedad de una manera tangible y no sólo con un trabajo de investigación o una presentación a un congreso, eso te genera satisfacciones.

¿Qué aporte transferido a la sociedad le ha generado mayores satisfacciones?

Creo que a nivel profesional ha sido la oportunidad de haber generado en Sudamérica un networking de trabajo entre distintos colegas, que a partir de varios programas internacionales, hicimos una compilación de fallas geológicas peligrosas o con capacidad sísmica que se trasladó a una base de datos, financiada por una empresa privada, pero la parte académica fue la encargada de dar los datos, que tienen como condición y compromiso el estar online y disponibles para todo el mundo.

Vos ves que de alguna manera toda esa información está disponible y a la fecha, Sudamérica es la única región en el mundo donde esto se pudo hacer por el aporte de expertos locales. De alguna manera a mi me tocó coordinar eso y de alguna manera la Universidad fue institución líder en la coordinación de esto.

¿Cómo ve la educación pública argentina?

En la educación pública vemos muchas veces una cronicidad de los estudiantes, sin embargo muchas veces te encontrás con alumnos trabajando de lo que estudiaron, que te dicen que por lo que estudiaron pudieron obtener grandes logros en lo laboral. La docencia en la educación pública a veces hace que sea más difícil conocer las realidades con las que vienen los chicos.

La docencia es como sembrar, algunas semillas salen, otras no, pero la educación pública es un gran igualador de oportunidades que te enseña que no hay que prestarle atención sólo al chico que se destaca por su aplicación o por sus dotes intelectuales, sino también al que piensa diferente y cuestiona lo que uno enseña, esas personas son los que generalmente tienen más chances de generar cosas innovadoras. La educación pública como yo la viví, recoge mucho más esas experiencias o esos alumnos que el formato de una educación privada.

Desde su rol docente: ¿Cómo se puede colaborar para lograr una mayor permanencia de los alumnos?

El rol del docente más allá de todas las cosas que hacen que un alumno pueda permanecer, el principal aporte que puede hacer es el de estimular. Dicen que el docente mediocre repite, el buen docente enseña y el muy bueno estimula. Si vos tenés alumnos estimulados, con convicción hacia lo que están intentando aprender, creo que es mucho más difícil que ellos abandonen.

A veces uno falla en no tocar la «teclita» correspondiente como para que la persona pueda meterse y estimularse, a lo mejor descubren que la carrera no era lo suyo y está todo bien. El gran desafío del docente día a día es encontrar nuevas ideas y conceptos para motivar a los estudiantes.

Una vez le pregunté a mi padre por qué decidió ser maestro y él me respondió que una vez estando en cuarto grado un docente estaba dando una clase y disfrutaba, y dijo: «que lindo poder hacer esto un día». Entonces creo que eso también se transmite. Hay docentes que hacen su función muy mecánicamente, al margen que la clase sea impecable, pero lo que el estudiante recuerda es a la persona que lo estimuló. Ese es uno de los grandes desafíos, no es sólo necesario tener el conocimiento, sino saber cómo transmitirlo y cómo entusiasmar.

Estamos en una época donde la gente es poco apegada a entusiasmarse con algo, yo soy bastante crítico de ese esquema, creo que los chicos tienen cada vez menos motivación porque son producto de un sistema de cosas, tenemos que luchar contra la inmediatez porque el proceso de apropiación de conocimientos tiene que luchar con la inmediatez de estar a un click de distancia de todo.

Esto hace que cueste más trabajo adquirir la disciplina, de adquirir un procedimiento o un mecanismo. En caso de la geología tenemos que instalar en la cabeza de los chicos el concepto de las escalas temporales, que son conceptos de cientos de millones de años. Todo eso significa un esfuerzo mental y a veces el docente tiene una gran crisis respecto a cómo usar la gran cantidad de información, cómo filtrarla ya que los alumnos empiezan a buscar por internet y se pierden en una gran maraña de información donde es muy difícil distinguir lo principal de lo accesorio, hay muchas cosas que te hacen repensar lo que vas a decir y cómo decirlo, pero el desafío de todos los días es motivar.

¿Qué es para usted la gratuidad universitaria?

La gratuidad universitaria es una gran oportunidad que debe ser adecuadamente aprovechada, todos nosotros nacimos con la educación pública gratuita y a eso lo tomamos como algo obvio, sin embargo no es así en la gran mayoría de los países. Ese es uno de los grandes resultados de lo que fue la organización socio-económica de nuestro país.

Trabajar en una institución pública para mí fue una elección, siempre tuve en claro que quería desarrollarme en una institución pública. Esto me ha permitido desarrollar una trayectoria, tener libertad de movimientos y estoy muy agradecido, porque mi desarrollo personal y profesional es un fruto de este sistema y por eso trato de que vuelva.

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