El arte de extraer metales al servicio de lo socioambiental


El arte de extraer metales al servicio de lo socioambiental

El Laboratorio de Metalurgia Extractiva (LME) trabaja en la recuperación de metales preciosos para su reutilización, mediante procesos alternativos y beneficiosos para el medioambiente.

El LME nace a fines de los 70, con el objetivo de estudiar y recuperar los metales de catalizadores agotados de las industrias petroleras, utilizando procesos metalúrgicos. A partir de la tesis doctoral de Jorge González en 1986, el foco del Laboratorio se amplió a la extracción de metales de minerales. Para ello, se trabaja principalmente con métodos pirometalúrgicos (extracción mediante exposición a altas temperaturas), aunque «siempre se ha buscado incluir los procesos hidrometalúrgicos (extracción mediante soluciones líquidas) e incluso biohidrometalúrgicos (involucra presencia de microorganismos)», explica el doctor González.

«En la química, no todo debe servir para algo, sin embargo desde el LME hacemos química tecnológica aplicada, es decir, en servicio de alguna problemática social», continúa el Dr. González. Actualmente, el Laboratorio investiga y estudia las posibilidades de extracción de litio y otros metales preciosos de baterías agotadas de celulares. Mediante la pirometalurgia, se consigue recuperar material de un desecho, que puede ser reciclado y reutilizado sin dañar al ecosistema en el proceso.

¿Por qué constituye un modo «alternativo»? Históricamente, e incluso en la actualidad, esta función de extracción de metales preciosos lo tuvo la minería, aunque sus formas suelen implicar un daño irreversible en recursos no renovables de nuestro planeta. De esta manera, el LME ofrece vías más amigables al medioambiente que tienen el mismo grado de efectividad que la minería. Debido a cuestiones políticas y económicas, «nuestros métodos no reemplazan los procesos extractivos tradicionales, pero al menos se incorporan a ellos», explica la Dra. Lucía Barbosa, co-directora del Laboratorio.

En el proyecto de extracción de litio y otros metales preciosos de baterías agotadas de celulares trabajan tanto Yarivith González como Oriana Barrios Torres, ambas buscando su tesis doctoral a través de esta investigación. ¿Cómo es el proceso? Luego de la recolección masiva de baterías, se desmantelan manualmente sus elementos y se clasifican, para trabajar únicamente en los componentes afines de la investigación, denominado material catódico. Finalmente, luego de algunos procedimientos físicos y químicos, se expone este material a la pirometalurgia, desde donde se obtiene en última instancia y en perfecto estado el litio, níquel, manganeso, entre otros.

 «Es una especie de minería urbana o secundaria», indica Yarivith González, «nosotras tomamos un residuo y recuperamos material reutilizable, sin dañar al planeta en el medio». La Dra. Barbosa se encarga de tomar el material de ánodo (el grafito) no utilizado y encontrar formas de recuperarlo, para de cierta forma «cerrar el ciclo de restauración», dijo.

¿La pandemia afectó el trabajo del LME? Gran parte de las investigaciones de química aplicada requieren de la presencia física en el Laboratorio, cuestión que se vio frenada durante el tiempo de aislamiento estricto por COVID-19. Sin embargo, «aprovechamos ese tiempo para completar la parte bibliográfica de nuestras investigaciones, publicar artículos, completar manuscritos, etc.», reflexiona Barbosa.

El Laboratorio de Metalurgia Extractiva forma parte de la Facultad de Química Bioquímica y Farmacia (FQByF) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y del Instituto de Investigación en Tecnología Química (INTEQUI) de doble dependencia UNSL/Conicet. Se ubica, desde el año 2017, en calle Almirante Brown entre Falucho y Constitución, en un predio que la UNSL le cedió precisamente al INTEQUI para su construcción.

Actualmente el grupo integrante del LME es reducido, de tan solo seis (6) investigadores/as. «Las puertas están abiertas, hay muchos temas por abordar y nos gustaría sumar futuros investigadores», concluyó la Dra. Lucía Barbosa.

Crédito

Nota producto de actividades de prácticas pre profesionales de alumno de la carrera Licenciatura en Periodismo en Prensa Institucional de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).
Alumno: Tomás Álvarez.
Supervisora: periodista Fabiola Aranda.

Dato

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