«El virus ya está instaurado, hay que cuidarse y tomar conciencia»


«El virus ya está instaurado, hay que cuidarse y tomar conciencia»

El Dr. Cesar Almeida, ocupa el cargo de presidente de la Dirección de Obra Social para el Personal Universitario (DOSPU), y con una amplia referencia y experiencia en el campo de la bioseguridad cuenta como fue dirigir la Institución al inicio de la pandemia y que decisiones debió tomar sobre la marcha ante el contexto de expansión del virus que afronta el mundo.

¿Cómo fue el trabajo en el inicio de la pandemia en San Luis?

Fue todo un desafío trabajar con esto. Siempre estuve atento al coronavirus.  En cuanto hubo indicios de que convenía vacunarse contra la gripe común, mi primer decisión fue anticiparme a la compra de vacunas y por eso fuimos los primeros en la Provincia en tener las vacunas de gripe. Me arriesgué a comprar 3.000 unidades que fueron repartidas en las tres (3) sedes: San Luis, Villa Mercedes y la Villa de Merlo.

A Merlo fue un enfermero de capital que por momentos tuvo que dirigirse a los domicilios para colocar las vacunas. Si bien este número no cubre la totalidad de la DOSPU, existía el riesgo de que no todas las vacunas fueran aplicadas. Sin embargo, cuando llegaron se manifestaban los primeros casos en Argentina y logré vacunar a toda la población más sensible, es decir los adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. En general fue una medida acertada.

Para esta labor debimos incorporar a personal de enfermería de la Universidad en el que se incluyó a estudiantes avanzados y a docentes de la carrera, luego de comunicarnos con la Decana de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) y el Departamento de Enfermería.

¿Qué espacios utilizaron para las vacunaciones?

En la localidad de Villa Mercedes y San Luis, se utilizó el espacio en donde funciona la DOSPU. En San Luis funcionó un sistema de entrada y salida por puertas distintas para evitar el contacto entre las personas. En la localidad de la Villa de Merlo fue en un vacunatorio.

¿Hubo reducción de personal a partir de la pandemia?

Solo el grupo de personas de riesgo, por ser mayores de edad, por tener enfermedades respiratorias crónicas o por haber padecido algún tipo de cáncer, fueron las que no pudieron volver a trabajar.

En la medida en que contaba con todo el personal restante, tuve la posibilidad de recortar y expandir el horario de atención, hasta el momento en el que surgió el pico de casos y decidí reducir el personal. No pudimos concretar la apertura hasta el horario de las 20:00.

Hoy nos encontramos con que cada área cuenta con la mitad del personal por el temor al contagio y quedarnos sin gente para la atención. Se incorporó gente al teletrabajo que antes de la pandemia no se realizaba.

¿Qué medios debió adaptar durante la pandemia?

Hubo redistribución de asientos en la sala de espera, con indicaciones de la distancia en la que se podía sentar o esperar, la cantidad de personas que debía permanecer dentro del lugar fue disminuida. En la actualidad por las altas temperaturas de la temporada se incorporó un gazebo.

Otros de los servicios incorporados fue el de distribución de medicamentos por delivery de la farmacia de la obra social en la ciudad de San Luis capital, que si bien tiene un costo, llegó a facilitar la implementación del protocolo que exige distanciamiento social.

Cabe destacar que la actividad cesó solo el primer día, con motivo de estudiar la situación, capacitar al personal y luego se mantuvo en funcionamiento hasta el día de la fecha.

¿Reciben solicitudes de órdenes desde la virtualidad?

Si bien no contamos con la posibilidad económica de crear una aplicación que genere las órdenes, tenemos un sistema de órdenes online para consultas médicas, que comenzaron a ser usadas en este contexto y que recibimos alrededor de entre 30 y 40 pedidos por día de solicitudes. Se solicitan a través de correo electrónico y en el mismo día el personal trabaja para realizar el servicio.

¿Cuál fue el protocolo o la metodología que se implementó durante la pandemia?

Se realizaron capacitaciones en torno a lo que es bioseguridad, campo en el que tengo conocimiento. Esto implicó el uso o no de barbijo, uso de caretas, lavado de manos, se enseñó el correcto uso del alcohol y desinfección de superficies. También se incorporó la información de la trazabilidad con un mecanismo digital.

Se implementó la reducción de horario de atención, la cantidad de personas que pueden ingresar al lugar según el Ministerio de Salud de la Provincia, organismo que nos controla seguido y son sorpresivos, por lo tanto hay que mantener el protocolo sin flexibilización tanto para la gente que llega al lugar como para el personal.

A su vez, me asesoré con páginas como la OMS, CDC e informarme con cuestiones que caracterizan al virus, en torno a los primeros consejos que surgieron.

Sin embargo, cada protocolo implementado fue revisado a lo largo de todo este tiempo para observar su eficacia.

Dr. Cesar Almeida

Durante estos meses de aislamiento social, ¿notó aumento o disminución de consultas médicas?

Ha habido disminución en las consultas en general, no hay campos en los que predomine esta baja. Si bien incorporamos las consultas online por precaución de cinco (5) médicos clínicos o consultas a profesionales de la Psicología, no hubo una gran demanda por los servicios.

¿Existió algún contacto con obras sociales de universidades del país? ¿Sobre qué temas dialogaron?

El contacto no solo fue con obras sociales universitarias del país, sino que también con obras sociales de la Provincia, en las que se mantiene una comunicación fluida y permanente.

A nivel nacional mantengo una reunión semanalmente en la que dialogamos sobre bioseguridad, los costos que manejan, los montos que solicitan a la atención de pacientes y los incrementos de valores, debido a que los recursos con los que contamos no siempre alcanzan. También se debaten las medidas llevadas a cabo y de qué manera se implementan los protocolos.

¿Qué expectativas tiene para el año que viene con respecto a la pandemia?

En los últimos días las noticias y las expectativas han ido cambiando. Entre las esperanzas por el surgimiento de la vacuna, la posibilidad de una nueva ola en Europa y que nosotros aún no pasamos la primer ola, yo particularmente voy por el lado de pensar que el virus ya está instaurado, que hay que cuidarse y tomar conciencia.

Deberíamos pensar en convivir y trabajar esta nueva normalidad, en la que es necesario salir en grupos reducidos y por los trámites justos e importantes, manteniendo las normas de bioseguridad en cuanto y tanto no tengamos una vacuna que nos asegure la inmunidad duradera.

Crédito

Nota producto de actividades de prácticas pre-profesionales de alumna de la carrera Licenciatura en Periodismo en Prensa UNSL.
Alumna: Lara Ortíz.
Supervisora por Prensa UNSL: Fabiola Aranda.

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