Una belleza natural opacada por la contaminación del agua y del suelo


Una belleza natural opacada por la contaminación del agua y del suelo

Investigadores de la UNSL y del CONICET realizaron una investigación ambiental sobre el arroyo de Estancia Grande y El Durazno Alto. Los datos científicos demostraron un excesivo porcentaje de contaminación en suelos y agua lo que pone en riesgo la vegetación, y la salud de animales y personas.

La belleza y riqueza natural de Estancia Grande y El Durazno Alto, ubicados a 38 kilómetros de la capital de San Luis, ya no es lo que era hace un par de años. Según los lugareños la zona se caracterizaba por ser un espacio donde la vida natural y la pureza de sus recursos iban de la mano. Hoy el panorama es otro. La contaminación del agua y del suelo ha dejado opaco y casi desconocido aquel lugar, que por sus atractivos naturales ganó un gran impacto turístico.

Un equipo de investigadores del Grupo de Estudios Ambientales (GEA) perteneciente al Instituto de Matemática Aplicada San Luis (IMASL), dependiente de la Universidad Nacional de San Luis y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), identificaron residuos contaminantes provenientes de un emprendimiento ganadero.

A principio de año los investigadores se encontraban realizando tareas de campo en la zona cuando fueron alertados por un grupo de vecinos quienes advirtieron la presencia de residuos orgánicos (excremento, pelos, huesos), en el arroyo lo que había generado una importante contaminación en el lugar.

El punto que desencadenó la problemática es un feedlot, (corral de engorde de ganado) ubicado en la zona, que por su falta de planificación y control, desbordó de contaminación que afectó el cauce. Esta situación llegó a oídos de los expertos quienes actuaron con la certeza de encontrar fundamentos científicos para dar pruebas de esta situación y poner en conocimiento a las entidades correspondientes para su regulación.

«Nosotros no somos especialistas en daño ambiental y no tenemos competencia en impacto ambiental. Hacemos otra cosa. Hacemos ciencia e investigación. No estudiamos lo que sucede particularmente con el feedlot; sino que estudiamos la Cuenca de Estancia Grande y el río el Volcán», dijo el doctor en física Hugo Velasco, quien llevó adelante, junto a becarios del Conicet, estos estudios.

El experto explicó que a raíz de formar parte de una red impulsada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (con sede en Austria) que se dedica a aplicar nuevas tecnologías a problemáticas ambientales, se está trabajando en un proyecto cuyo objetivo fue individualizar veinte cuencas pilotos en distintos países Sudamericanos y del Caribe y ver el modo en cómo estas nuevas tecnologías pueden aportar al conocimiento de problemas de contaminación o de preservación de los recursos naturales.

«A raíz de este proyecto venimos visitando esa zona desde aproximadamente tres años, lo hacemos en forma periódica, tomamos muestras del suelo en cada uno de los emprendimiento del lugar; tomamos muestras del sedimento a lo largo de todo el arroyo, entre otras actividades», dijo el investigador quien aclaró que la zona de estudio estaba por fuera del feedlot, pero que se encontraban permanentemente con la queja de los pobladores acerca de cómo habían cambiado las condiciones del arroyo para peor.

«La gente no aguantaba el olor y el color del agua, hay restos de animales (cueros, huesos, pelos), restos de jeringas y plásticos en la zona; era una cuestión realmente preocupante», dijo Velasco.

Frente a este panorama acudieron a estudios en el Laboratorio de Microbiología de la Universidad donde se analizaron muestras de líquido extraído de diferentes zonas del cauce las que arrojaron datos que corroboraron esa situación: los índices de contaminación indicaron valores que sobrepasaron estándares de medición internacional.

«Sabíamos de la situación de los vecinos, de sus reclamos y sus movilizaciones a distintos organismos, de la situación del lugar. Frente a este panorama nosotros lo teníamos que dar a conocer, porque los problemas se resuelven cuando uno los tiene en frente, cuando los puede dimensionar y cuando se puede aportar una solución (…) Fuimos testigo de una situación que no pudimos callar por responsabilidad personal e institucional», concluyó.

Informe especial completo producido por el Canal web UNSL TV

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