La extensión avanza en proyectos, capacitaciones y cultura


La extensión avanza en proyectos, capacitaciones y cultura

Mónica Bussetti, afrontó en septiembre de 2016 el desafío de liderar la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de San Luis. A un año de aquel inicio, nos comenta sobre los avances en proyectos de extensión universitaria, la nueva incorporación de cursos y talleres, y las actividades culturales. También en qué está trabajando la Comisión Asesora de Extensión (CAEX).

Recientemente se realizó en la provincia de Santa Fe, el III Congreso de Extensión Universitaria de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM), desarrollado en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) el cual congregó cerca de 1.400 inscriptos y más de 200 ponencias. Al evento participaron distintos referentes de extensión universitaria. La UNSL se hizo presente con diversas ponencias que dan cuenta de su extensión.

El evento significó una instancia importante para la Universidad por ser la primera vez que se participaba como integrante de AUGM que nuclea a las Casas de Estudio más prestigiosas de la región conformada por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia.»Eso nos da una trascendencia adicional», sostuvo Bussetti quien expuso sobre «Los caminos de la extensión».

¿Cómo afronta la UNSL la extensión?

Hace aproximadamente dos semanas, el Consejo Superior aprobó una nueva ordenanza que tiene que ver con reorganizar el sistema de extensión, principalmente el sistema de Proyectos, que venía trabajando con la ordenanza del 2003 modificada por otra del 2006, y había tenido muchas modificaciones, no del cuerpo de la ordenanza sino en cada resolución de convocatoria que se hace anualmente.

En dos palabras: el sistema incluía originalmente programas y proyectos de extensión. En algunas convocatorias si hubo convocatoria a programas, en otras no las hubo. Lo que se mantuvo fue el sistema de proyecto, entonces lo primero que hicimos desde el año pasado fue analizar qué tipo de proyectos se presentaban, las temáticas, los objetivos, y cómo habían ido variando. Esto forma parte de un plan de fortalecimiento que tenemos desde el año pasado, y desde el cual invitamos a algunos especialistas en extensión como Gustavo Menéndez, por ejemplo, de la Universidad Nacional del Litoral.

Este trabajo surge en el seno de la Comisión Asesora de Extensión (CAEX), conformada por todos los secretarios de Extensión de las Facultades más la Secretaría de Extensión de la UNSL. Lo que hizo la CAEX fue ver cuáles eran las falencias del Sistema de Proyectos que teníamos, con el que veníamos trabajando, y pensar en formas que nos permitieran rescatar por un lado esa experiencia, no perderla, pero también abrir otras posibilidades que no estaban contempladas y que de hecho resultaban restrictivas para la conformación de equipos extensionistas, y para ampliar y jerarquizar la función de extensión.

¿Sobre este tema trató «Los caminos de la extensión»?

Lo que presenté en esa instancia fue básicamente una mirada acerca de cómo fue ese recorrido y cuáles debían ser los nuevos recorridos. Esto se asocia a la nueva ordenanza que introduce algunas modificaciones importantes desde el punto de vista de cómo se ha venido trabajando, y que sobre todo está orientada a abrir un poco el campo de juego.

En relación a proyectos ¿Cómo se viene trabajando?

En primera instancia tenemos tres tipos de proyectos de extensión que se pueden presentar. Uno son los Proyectos de Interés Social, que va a salir la convocatoria dentro de muy poco, que serían los que continúan la lógica del proyecto que se viene trabajando. Y tenemos otras dos líneas nuevas: en primer lugar los Proyectos de Extensión y Docencia que vamos a abrir convocatoria a fin de año, y los Proyectos de Extensión de Interés Institucional que va a salir la convocatoria el año que viene.

¿Cuáles son las diferencias entre ellos?

En muchos casos ocurre que hay docentes que por inquietudes propias, o de alumnos, o de áreas, o de sus proyectos de investigación, tratan de articular funciones de docencia, investigación, y extensión, y si bien la normativa lo alentaba, no estaba muy claro el procedimiento. Eso generaba algunas complicaciones. Introduciendo la figura de los Proyectos de Extensión y Docencia, lo que estamos haciendo es decirle a un docente: usted es responsable de esta materia?, usted trabaja en esta materia?, cree que hay una parte de los contenidos que podrían aprenderse mejor trabajando con la comunidad?, fantástico!. Está orientado a eso principalmente. Es un proyecto de extensión pero en docencia.

Y por otro lado, los Proyectos de Interés Institucional, están orientados en grandes ejes o temáticas que eventualmente podrían derivar en que se construya un programa institucional, pero esto no significa que los docentes puedan presentar un programa, la creación de los programas es competencia del Rector. Lo que buscaremos con los Proyectos de Interés Institucional son grandes rubros, es decir: una inquietud es de interés institucional, ya sea por que vino de alguna institución del medio, de algún municipio, o de alguna ONG o escuela, nos llega esta demanda que la Universidad tiene que canalizar de alguna forma, bueno, la vamos a canalizar mediante una convocatoria a proyectos de extensión, solamente sobre ese tema. La idea es sostener esas acciones en el tiempo para que eventualmente puedan cuajar en un programa que se sostenga, de acá en más, institucionalmente.

¿Que duración presentan?

Según los que vayan a presentarse ahora, duran un año o dos años. Antes había un sistema que se evaluaban y se podía prorrogar la vigencia. Ahora directamente se presenta y se dice «lo quiero hacer durante un año o dos», concluido el plazo se presenta un informe y se ve la necesidad de si se sostiene tal cual está o si se  le hacen modificaciones, o bien se enmarca esa iniciativa en un proyecto de interés institucional.

¿Solamente puede participar la comunidad universitaria de estos proyectos?

Lo que se necesita es que el responsable sea un docente de la Universidad, pero la idea es que estén integrados no solamente por docentes sino mucho más enfáticamente pensando en la comunidad, no tanto como un destinatario pasivo de lo que va a ser la Universidad, sino más bien casi como un socio, alguien que tiene un interés fuerte en llevar adelante la iniciativa de que se trate y que va a trabajar en conjunto con docentes, alumnos, nodocentes y graduados de forma tal que no estamos partiendo de la base de que la Universidad tiene todas las respuestas, estamos partiendo de la base de que se puede trabajar en conjunto.

¿Cómo es el financiamiento para estas líneas?

El financiamiento esta absolutamente cubierto, no hay problema por ese lado. Es institucional de la UNSL pero además ,como estamos trabajando con el plan de fortalecimiento, estamos presentando ahora un plan de otra convocatoria que venía pegada a fortalecimiento, que es SINERGIA, que también incluye acompañamiento particularmente para estos programas de extensión y docencia.

Con la idea de ampliar la cantidad de proyectos que puedan ser financiados, vamos a mantener el monto de la convocatoria anterior porque además hemos visto que a los proyectos les ha alcanzado bien ese dinero para hacer las acciones que hayan previsto. Se trata de $10.000, un monto bastante más al de un proyecto de investigación recién iniciado. La idea es alentar a que participen. Para los de extensión y docencia todavía no puedo decir exactamente la cifra, va a estar en la convocatoria.

¿Actualmente cuántos proyectos están vigentes?

Tenemos 52 proyectos de extensión contra más de 200 proyectos de investigación. Tenemos un espacio para crecer. Esto también tiene que ver con prácticas institucionales que se relacionan con jerarquizar la función de extensión, jerarquizar quiere decir darle el valor y significación que efectivamente tiene.

La secretaría ha avanzado nuevamente en lo que son los cursos y talleres…

Había por un lado una demanda fuerte de la comunidad y por otro lado, acciones de la Universidad que están más orientadas a capacitación y demás, que se están canalizando a través de principalmente secretarías académicas, o de convenios con -por ejemplo- gerencia de empleo, entre otros. Lo que hicimos fue desarmar el sistema antiguo y generar un sistema nuevo.

Estamos comenzando con un oferta que es de menor cantidad de cursos de la que hubo en algún momento, principalmente por la forma coordinada con las Facultades en el seno de la CAEX. Cada propuesta que tenga relación con alguna carrera que se dicte en la Universidad o que pueda superponerse por algunas ofertas existentes, se manda a verificar, se envía la consulta a la Facultad, a la secretaría Académica, a la comisión de carreras, o a quien le corresponda, de forma tal de asegurarnos que no estamos usando recursos públicos para duplicar una oferta de cosas que no tienen sentido, y, por otro lado, tratando de apuntalar, en algunos casos la transmisión de saberes que existe en la Universidad y que son requeridos por la comunidad.

¿Y en cuánto a cultura?

En esta secretaría en particular, cultura ha sido siempre un área fuerte que casi tiene una lógica propia. Particularmente entiendo que estaba un poco descuidada la parte de extensión específicamente. Entonces lo que estamos haciendo es trabajando particularmente para apuntalar eso, tiene que ver con retomar lógicas que sí eran demandadas por la comunidad, que tienen que ver con estar más afuera de la Universidad que adentro.

¿En qué están trabajando ahora con la CAEX?

Seguimos con varias cuestiones en marcha relacionadas al plan de fortalecimiento de capacidades de extensión. Fue una convocatoria que lanzó la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación el año pasado. Tenemos aprobado ahí un plan de acción que tiene un financiamiento de casi $300.000 a lo largo de tres años. Hay una parte que se vincula a la compra de equipamientos específicamente para uso de los proyectos de extensión, que se pueda usar en San Luis, Merlo y Villa Mercedes; un plan de formación e instancias de visibilidad, como una jornada de divulgación de las propuestas de extensión en marcha.

Junto con eso tenemos otra pata, quizás más administrativa, que tiene que ver con la lógica de la presentación de los proyectos, que lo vamos a hacer a través del sitio web. Esto es, que los proyectos de extensión en vez de presentarse en papel, se presenten vía web directamente, eso implica trabajo de la Secretaría, pero también implicará una cuestión mínima de ayuda para la gente que tenga que cargarlo por primera vez, pero en realidad simplifica mucho el sistema.

Dentro de esa misma lógica, tenemos previsto la publicación de una revista de extensión digital, lo cual estamos trabajando. Van a venir probablemente durante los mese de octubre y noviembre, referentes de la Universidad Nacional del Litoral que trabajan en la revista de extensión del Litoral, que es una de las más serias de América Latina, y, poner en marcha un mapa de proyectos. La idea es que cualquier persona entrando al sitio web de la Secretaría, pueda ver en un mapa de la provincia y visualizar puntos donde hay acciones de la Universidad, y que acercando el cursor pueda tener una mínima descripción del nombre del proyecto, de qué se trata y un correo para comunicarse.

¿Cómo resumiría este primer año?

Para este primer año de vigencia, los objetivos pasaron por formación y por modificaciones de normativas, cosa que estamos haciendo. También por la compra de algún equipamiento si es necesario. Esperamos llegar con la presentación on-line de los proyectos de extensión para esta próxima convocatoria.

Con la CAEX estamos trabajando en el diseño de  la normativa y manteniendo una fuerte presencia en todos los ámbitos institucionales a nivel nacional y latinoamericano con todos los foros y las asociaciones que nuclean a los extensionistas. A nivel nacional la REXUNI (Red de Extensión de las Universidades Nacionales) y a nivel latinoamericano la UNLEU (Unión Latinoamericana de Extensión Universitaria), estamos trabajando para ampliar la presencia de la Universidad en esos ámbitos.

El cambio de la normativa es un hecho muy importante, muy trascendente para mí personalmente, me lo había fijado como un objetivo de la gestión. Otra cuestión en la que estamos trabajando es en la forma de incorporar prácticas sociales educativas extensionistas, en definitiva, como parte de las obligaciones curriculares de los alumnos.

Esta es una lógica que se ha abordado en Argentina de tres o cuatro formas diferentes, en distintas Universidades. Una posibilidad es que sea dentro del plan de estudios, otra que sea mediante los proyectos de extensión y docencia, otra posibilidad -que se ha abordado en otras Universidades como la de Córdoba- es tener cursos optativos que puedan tomar los alumnos que se llaman «extensión universitaria» y que incluyen prácticas en proyectos, otra parte diferente son los que se llaman voluntariados de servicio, o sea, hay varias formas de abordarlo.

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